5.6.17

Croquetas de morcilla





Me encantan las croquetas, no lo puedo remediar, bueno es que me gusta mucho todo lo que lleva bechamel. Me gustan todas, con cualquier ingrediente, y se pueden hacer con muchísimos, prácticamente con cualquier cosa. Eso si, me gustan las preparadas en casa.

Normalmente las preparo y las suelo congelar, pues salen bastantes y como nosotros ahora, salvo cuando vienen mis hijos y nietos, somos solo dos, es lo que suelo hacer. Además, así siempre tengo croquetas caseras para cuando vienen. 

Si las tengo congeladas, las saco del congelador y las dejo descongelarse, las vuelvo a pasar por pan rallado y las frío. Quedan mucho mejor así, pues friéndolas congeladas nos pueden quedar algo frías por dentro.


  • Ingredientes:
250 gr. de morcilla*
25 gr. de mantequilla
25 gr. de aceite de oliva virgen extra
90 gr. de harina
1/4 de cebolla dulce
400 gr. de leche
Una pizca de sal

Para rebozar
Pan rallado
Huevo

*Podemos utilizar la morcilla sin piel que viene en botes, como el Capricho de morcilla de Ríos.





  • Preparación:
Tradicional

Quitamos la piel a la morcilla, la troceamos para que quede como picadillo, y ponemos en una sartén un poco de aceite y la sofreímos. Cuando este sofrita, la ponemos a escurrir en un colador hasta que suelte toda su grasa.

Cortamos la cebolla en dados pequeños. Cogemos una cacerola antiadherente o una sartén un poco honda, y echamos la mantequilla y el aceite. Cuando estén calientes mochamos unos minutos la cebolla. Añadimos la harina, una pizca de sal y vamos dando vueltas, con unas varillas, hasta que esté dorada la harina. 

Agregamos la morcilla y la leche caliente. Seguimos dando vueltas con unas varillas hasta que no queden grumos. Cuando empiece a espesar, probamos de sal y rectificamos.  Cuando empiece a hervir, retiramos la masa del fuego.

Echamos la masa en un recipiente en el que no quede demasiado extendida. Le ponemos un plástico transparente por encima tocando la masa y la dejamos enfriar. Puede ser de un día para otro.

Cogemos porciones de la masa con dos cucharas, le damos forma y las vamos pasando por pan rallado. Cuando ya las tengamos formadas todas, las pasamos por huevo bien batido y otra vez por pan rallado. 

Freímos en abundante aceite caliente, con cuidado de que se hagan por dentro sin quemarse por fuera. 
Las dejamos que vayan escurriendo en un colador grande. Después las ponemos en un plato con papel de cocina para que suelten más aceite. Servimos calientes.


Thermomix
Ponemos unas gotas de aceite en el vaso. Quitamos la piel a la morcilla y la troceamos. La echamos en el vaso, y programamos 5 minutos, 100ºC, velocidad 3. Ponemos la morcilla a escurrir en un colador hasta que suelte toda su grasa.  Lavamos el vaso y lo secamos.

Ponemos la cebolla en el vaso y la troceamos unos segundos a velocidad 5. Añadimos la mantequilla y el aceite, y programamos 2 minutos, velocidad 2, temperatura Varoma. Programamos otros 5 minutos a 100ºC y velocidad 2.  Echamos la harina y programamos 8 minutos, velocidad 2, temperatura Varoma. 

Paramos la máquina, y bajamos la harina de las paredes con una espátula. Programa otros 2 minutos más a velocidad 2 y temperatura Varoma. 

Agregamos la leche y la morcilla. Mezclamos 6 segundos a velocidad 6. Programamos 6 minutos, velocidad 4, temperatura Varoma. Cuando falte un minuto para acabar, probamos de sal y rectificamos si es necesario. 

Echamos la masa en un recipiente en el que no quede demasiado extendida. Le ponemos un plástico transparente por encima tocando la masa y la dejamos enfriar. Puede ser de un día para otro.

Cogemos porciones de la masa con dos cucharas, le damos forma y las vamos pasando por pan rallado. Cuando ya las tengamos formadas todas, las pasamos por huevo bien batido y otra vez por pan rallado. 

Freímos en abundante aceite caliente, con cuidado de que se hagan por dentro sin quemarse por fuera. 
Las dejamos que vayan escurriendo en un colador grande. Después las ponemos en un plato con papel de cocina para que suelten más aceite. Servimos calientes.


NOTA: Para congelarlas debemos ponerlas separadas entre si en una fuente o un plato y meterlas en el congelador hasta que estén congeladas.
Una vez congeladas podemos meterlas todas juntas en una bolsa de plástico pues ya no se pegarán.

Fuente: Webos fritos