15.1.18

Rosquillas de Grand Marnier





Hasta ahora, en este blog todas las entradas han sido de recetas saladas, para las dulces, panes, frutas, etc.., tengo otro blog "Dulcísimos Placeres". Cuando empecé con esto del blog gastronómico, decidí poner las recetas no saladas en otro diferente para obligarme a preparar ese otro tipo de platos, pues en casa la mayoría no somos muy de dulce. Ahora he decidido, dejar de publicar en el otro blog para ir publicando en este las que tengo publicadas y las que preparé nuevas.


Cuando preparé estas rosquillas, había pensado hacerlas de anís, pero resulta que no tenía anís en casa y tampoco me apetecía comprar una botella solo para hacer unas rosquillas. Pero tenía Grand Marnier, y pensé que podía utilizarlo en vez del anís. Dicho y hecho, me puse manos a la obra y el resultado me ha gustado mucho. Quedan deliciosas.

El Grand Marnier es un licor de naranjas amargas con coñac. Se emplea en diversos pasteles, como bollos borrachos. También se usa en el postre francés conocido como Bûche de Noël (Tronco de Navidad), en la crêpe Suzzete, la crème brûlée y el suflé Grand Marnier. 


  • Ingredientes:
2 huevos 
2 tazas de café de azúcar 
1/2 taza de café de aceite de oliva virgen extra 
1 taza de café de Grand Marnier
Harina 
1 sobre de levadura de panadería Maicena 
La corteza de 1 limón rallada 
Aceite de oliva virgen extra para freír






  • Preparación:
Batir los huevos y añadir el azúcar batiéndolo hasta que desaparezca. Se le añade el aceite, la copa de licor, la levadura y la ralladura de limón y se mezcla todo bien. Se le va añadiendo la harina poco a poco hasta conseguir una masa que no se pegue. 

Cuando tenemos la masa en su punto vamos haciendo bolitas y hacemos una especie de churro, primero con las palmas de las manos y después le terminamos de dar forma en la encimera y lo cerramos dándole forma de circunferencia y uniendo los dos extremos. Las freímos en aceite de oliva. Las ponemos en papel de cocina para que absorba la grasa y las pasamos a un recipiente espolvoreándolas con azúcar tamizada (glas). Hay que dejarlas enfriar.