Esta receta la vi en el blog de Ruqui “Cocina sana y fácil”, mi paisana, y enseguida me pareció que era una buena idea para preparar las truchas que le reglan alguna vez a mi marido y que normalmente suelo congelar y voy sacando para prepararlas a la forma clásica, fritas con jamón.
Pensé que era una manera de tenerlas preparadas en la nevera y poder consumirlas solas o mezcladas con ensaladas o unas patatas cocidas en la clásica piriñaca.
Pensé que era una manera de tenerlas preparadas en la nevera y poder consumirlas solas o mezcladas con ensaladas o unas patatas cocidas en la clásica piriñaca.
- Ingredientes:
1/2 vaso de vinagre
1/2 vaso de agua
1/2 vaso de vino blanco
1 vaso de aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra
2 hojas de laurel
Orégano
Tomillo
Harina
Sal
3 dientes de ajo
- Elaboración:
Las sacamos de la sartén, y las colocamos en un recipiente con tapa, muy juntas, procurando que no queden huecos entre ellas.
En el mismo aceite freímos los ajos partidos en dos y las hojas de laurel, poniendo una tapa para que no salte el aceite.
Retiramos la sartén del fuego y añadimos el vinagre, el agua, el vino, unos granos de pimienta, orégano y tomillo. Cubrimos con esta salsa las truchas procurando que queden bien cubiertas. Las tapamos y las ponemos en el frigorífico para ir sacándolas a medida que vayamos necesitándolas. Duran hasta un mes conservándolas en la nevera.