15.4.19

Fabada





Hoy toca un plato de Asturias, querida tierra que comparte con la mía la cornisa cantábrica, la fabada.

Es un plato de cuchara muy conocido y celebrado todas partes. Tiene fama de ser un plato pesado, pero yo os voy a enseñar una forma de hacerlo, me la enseñó un amigo asturiano, que consiste en dar, aparte, un hervor al compango (Chorizo, morcilla, etc...) para que suelte parte de la grasa, y de esta manera resulta mucho más ligera.

Yo otra cosa que hago es tirar el agua del primer hervor, así también quito la espuma, y os aseguro que, de esta forma, las fabes producen mejor digestión. Ya me entendéis.

Si las fabes son buenas, quedarán muy suaves y no notaremos la piel. Veréis que, aunque en algunas recetas añaden ajo y cebolla, e incluso pimentón, no pongo ninguna de estas cosas, pues tengo entendido que la auténtica receta no las lleva. Creo que verdad que no las necesita.


  • Ingredientes:
1 kg. de fabes de Asturias
4 chorizos asturianos
2 morcillas asturianas
300 gr. de lacón
300 gr. de panceta



  • Preparación:
Ponemos a remojo las fabes, el lacón, el chorizo, las morcillas y la panceta, la noche anterior. 

Ponemos todos los ingrediente, menos las fabes, en una olla con agua fría y dejamos hervir unos cinco minutos para que suelten parte de la grasa. Apagamos, sacamos del agua y reservamos.

En una olla grande ponemos las fabes, cubrimos con agua fría y dejamos que comiencen a cocer lentamente.

Una vez que comience a hervir, se quita la espuma, que aparece en la superficie, yo como os digo más arriba quito todo el agua y las cubro con agua fría de nuevo.

Se añaden el resto de ingredientes. Dejamos cocer todo junto durante 2 o 3 horas, dependiendo de cuando se hagan las fabes. Hay que tener cuidado de que no alcancen una cocción fuerte, debe ser lenta en todo momento.

Cada vez que sea necesario añadiremos agua siempre fría. Cuando las fabes estén cocidas rectificaremos de sal si es necesario.

La fabada se sirve en dos partes, por un lado las fabes y por otro el compango, para que así los comensales se sirvan en el plato la cantidad de carne que deseen.