4.11.19

Mermelada de feijoa





Esta mermelada la he preparado en noviembre, cuando he recogido las frutas de la feijoa. Hace años que tengo este arbusto en el jardín, pero no tenía ni idea de que los frutos que producía eran comestibles, me enteré por casualidad al ver como mi perro se comía las frutas. Cuando lo planté me dijeron su nombre, pero después lo olvidé. 

La feijoa (Feijoa Sellowiana) es una fruta verde y pequeña en forma de huevo de 2 a 9 centímetros de largo, que madura en otoño. Son nativas de Sudamérica donde crecen en las montañas de Argentina, Brasil Paraguay y Uruguay. También son cultivadas en Nueva Zelanda y Australia del Sur. Su carne tiene una pulpa de semilla gelatinosa en su centro que se vuelve más firme cerca de la piel, con una textura granular y ligeramente arenosa. También es conocida como piña guayaba.

Se puede tomar fresca, partiéndola por la mitad y comiéndola con una cucharilla, o pelándola y preparándola en mermelada, batidos, dulce de feijoa, o como relleno de tartas o pasteles. Para saber más sobre la feijoa, podéis ver el blog de Ruqui, "Disfrutar con el huerto"





  • Ingredientes:
1/2 kg. de feijoas
1/2 kg. de azúcar
30 gr. de zumo de limón




  • Preparación:
Thermomix:
Poner en el vaso las feijoas lavadas y troceadas sin quitarles la piel, el zumo de limón y el azúcar. Triturar 10 seg, velocidad 6.

Programar 28 minutos, Varoma, velocidad 1 y poner el cestillo sobre la tapa en lugar del cubilete.

Vertemos en tarros bien lavados y los cerramos inmediatamente. Ponemos con la tapa hacia abajo para que se haga el vacío, dejamos enfriar los tarros durante 24 horas. A partir de este momento la utilizamos y podemos guardarla o consumirla.


Tradicional:
Lavamos y quitamos la piel a las feijoas. Hay que tener en cuenta que al quitarles la piel pesarán menos y tendremos que poner menos azúcar.

Ponemos en una cazuela las feijoas y el zumo de limón, pesamos el azúcar y poner la cantidad que indico o más a nuestro gusto, y añadimos a la cazuela. Dejamos que vaya cociendo hasta que quede a nuestro gusto, pero no hay que pasarse con el tiempo.

Vertemos en tarros bien lavados y los cerramos inmediatamente. Ponemos con la tapa hacia abajo para que se haga el vacío, dejamos enfriar los tarros durante 24 horas. A partir de este momento la utilizamos y podemos guardarla o consumirla.