9.11.21

Dulce de feijoa



La feijoa (Feijoa Sellowiana) es un arbusto perennifolio que da una fruta verde y pequeña en forma de huevo de 2 a 9 centímetros de largo, que madura en otoño. Es nativo de Sudamérica donde crece en las montañas de Argentina, Brasil Paraguay y Uruguay. También son cultivados en Nueva Zelanda y Australia del Sur. Su carne tiene una pulpa de semilla gelatinosa en su centro que se vuelve más firme cerca de la piel, con una textura granular y ligeramente arenosa. Produce una flor rojiza que después se convierte en el fruto.

También es conocida como piña guayaba. Tengo un arbusto en casa hace mucho tiempo, pero hace poco descubrí que su fruto era comestible.

Su fruta se puede tomar fresca, partiéndola por la mitad y comiéndola con una cucharilla, o pelándola y preparándola en mermelada, batidos, dulce de feijoa, o como relleno de tartas o pasteles. En este blog, podéis ver la receta de la "Mermelada de feijoa"

Tanto en el caso de la mermelada, como en este, he preparado la receta con la Thermomix, porque prácticamente tritura la piel de las feijoas. 


Flor y fruto de la Feijoa



  • Ingredientes:
1 kg. de feijoas
800 gr. de azúcar
El zumo de 1 limón



Feijoa



  • Preparación:
Thermomix:

Poner en el vaso las feijoas lavadas y troceadas sin quitarles la piel, el zumo de limón y el azúcar. Triturar 15 seg, velocidad 10.

Programamos 30 minutos, Varoma, velocidad 1 y ponemos el cestillo sobre la tapa en lugar del cubilete. 

Cuando termine de hacerse, volcar en el recipiente donde lo vayamos a guardar, con cuidado de no quemarse, desprende muchísimo calor. Cuando se enfríe se endurecerá.



Tradicional:

Lavamos y troceamos las feijoas sin quitarles la piel. Las trituraremos con una batidora. Si nos decidimos por quitarles la piel, hay que tener en cuenta que pesarán menos y tendremos que poner menos azúcar.

Ponemos en una cazuela las feijoas y el zumo de limón, pesamos el azúcar y poner la cantidad que indico o más a nuestro gusto, y añadimos a la cazuela. Dejamos que vaya cociendo, sin tapar, hasta que quede a nuestro gusto, pero no hay que pasarse con el tiempo porque hay que tener en cuenta que, cuando enfría, espesa.

Cuando termine de hacerse, volcar en el recipiente donde lo vayamos a guardar, con cuidado de no quemarse, desprende muchísimo calor. Cuando se enfríe se endurecerá.