Aquí me tenéis otra vez de vuelta con una receta para preparar ahora que tenemos tomates en plena producción.
Sé que esta es una receta muy conocida, pero la salsa de tomate, o tomate frito, es una salsa base de cantidad de platos de nuestra gastronomía. Riquísima, al menos para mí, y que normalmente tenemos siempre en la nevera pues se puede tomar con muchísimos platos, es una salsa muy socorrida como parte de muchas recetas y como acompañamiento.
Preparé 2 kg., uno con albahaca y otro sin ella, y me salieron 6 botes de 350 gr. de peso neto, como los de la foto. Utilicé tomate natural, no demasiado maduro y por eso tiene un color un poco más clarito. Desde luego el prepararlo con Thermomix, tiene la ventaja de que solo utilizas un recipiente donde fríes y trituras. Además, después de hacer la primera tanda no necesité limpiar el vaso, volví a poner aceite y vuelta a empezar. Puedes hacer 1 kg. cada vez.
Sé que esta es una receta muy conocida, pero la salsa de tomate, o tomate frito, es una salsa base de cantidad de platos de nuestra gastronomía. Riquísima, al menos para mí, y que normalmente tenemos siempre en la nevera pues se puede tomar con muchísimos platos, es una salsa muy socorrida como parte de muchas recetas y como acompañamiento.
Preparé 2 kg., uno con albahaca y otro sin ella, y me salieron 6 botes de 350 gr. de peso neto, como los de la foto. Utilicé tomate natural, no demasiado maduro y por eso tiene un color un poco más clarito. Desde luego el prepararlo con Thermomix, tiene la ventaja de que solo utilizas un recipiente donde fríes y trituras. Además, después de hacer la primera tanda no necesité limpiar el vaso, volví a poner aceite y vuelta a empezar. Puedes hacer 1 kg. cada vez.
Podemos poner bicarbonato para quitar la acidez del tomate si no queremos utilizar azúcar.
- Ingredientes:
30 gr. de aceite
100 gr. de cebollas
1 cucharada de azúcar o 1 cucharadita de bicarbonato
Sal
2 hojas de albahaca (opcional)
- Preparación:
Poner el aceite en el vaso, tapar y poner 5 minutos, Varoma, velocidad 1. Añadir la cebolla troceada y poner durante unos 20 minutos, velocidad 4 para que la cebolla se trocee más. Añadir el tomate troceado, triturar durante 30 segundos, velocidad 4. Añadir la sal, el azúcar y la albahaca. Poner 20 minutos, Varoma, velocidad 1. Tapar con el cestillo para que evapore el agua sobrante del tomate. Cuando acabe triturar a velocidad progresiva hasta llegar a 10 durante 1 minuto.
Tradiccional:
Se pone en una sartén el aceite de oliva a calentar, cuando está caliente se añade la cebolla troceada y se sofríe. Se añade el tomate, la sal y el bicarbonato o el azúcar para quitar la acidez y la albahaca (opcional). Se deja cocer lentamente unos veinte minutos. Se tritura con la batidora y se termina con el pasa purés.
Cuando terminemos poner en botes de cristal si lo vamos a envasar, o en el recipiente en el que lo vayamos a guardar. Se puede congelar o envasar como conserva.
¿Congelar o envasar al vacío?
La congelación tiene la ventaja de que da menos trabajo, pero tiene el inconveniente de que si en algún momento lo necesitamos tenemos que esperar a que descongele, o hacerlo en el microondas. La conserva tiene la ventaja de que se puede utilizar en cualquier momento. Para conservarlo durante 1 año y poder disponer de la salsa en cualquier momento, es mejor envasarlo al vacío.
Como envasarlo al vacío:
Preparamos unos botes de cristal de los que se utilizan para envasar alimentos, se aconseja esterilizarlos, pero yo los lavo bien en el lavavajillas, pienso que cuando los sacamos de esterilizarlos y los ponemos en contacto con el ambiente pierden el efecto de esterilización. Eso si, lavo bien botes y tapas.
Rellenamos los botes de cristal con un embudo y un cacito, sin llenarlos hasta arriba del todo. Los cerramos bien. Ponemos un trapo en el fondo de una cazuela (para que no se rompan), y encima los botes, cubrimos de agua y los hervimos durante 20 minutos.
Los sacamos del agua con unos guantes de goma para no quemarnos y los colocamos boca abajo para comprobar si alguno no ha quedado bien sellado/hermético y sale líquido. Si fuera así, se debe utilizar pronto pues no se conservará. Los dejamos 24 horas en esta posición, y pasado este tiempo ya podemos guardarlos en nuestra despensa.
En esta secuencia de fotos vemos los pasos para envasar al vacío el tomate una vez preparado.
Para ello, lo único que hay que hacer es utilizar los moldes que venden para cubitos de hielo y rellenarlos con tomate frito. Meterlos en el congelador y así, cuando los necesitemos y de una forma facilísima, podremos disponer de la cantidad necesaria.