Empezamos la temporada de cerezas, esa deliciosa fruta, y he vuelto a preparar esta tarta, que en realidad es un tipo de flan. Y como no soy muy golosa, y me encantan los postres con frutas, me parece deliciosa.
La receta la he sacado de unos de mis libros, en concreto “Postres”, de Pier Hermé, un afamado pastelero francés, creador de los macarons, editado por Larousse y en el que a este postre le clasifica como flan, dentro del apartado de cremas, flanes y postres de huevo. Aunque para mi se parece más a una tarta.
La clafoutis es de origen francés, concretamente de Lemosín (Limousin), región de la parte occidental del macizo central que debe su nombre a la capital regional, Limoges. Se elabora a partir de una sencilla masa, similar a la de las crêpes (huevos, harina, mantequilla, azúcar, leche o nata y vainilla) y cerezas.
Además de la clafoutis, en la misma región francesa se originó la flognarde o flaugnarde, es el mismo tipo de tarta pero en lugar de cerezas se elabora con otras frutas, siendo las más habituales las manzanas y las peras. Podemos hacer la tarta flognarde con la fruta que deseemos, pero hay que tener en cuenta que es mejor hacerla con frutas que suelten poca agua para que el resultado sea óptimo.
Precisamente para evitar la humedad de la masa, la clafoutis tradicional se hace con las cerezas sin deshuesar, además de que el hueso tiene un componente que acentúa el sabor de la fruta, lo malo es la incomodidad a la hora de comerla.