Soy consciente de que este es un plato que no le gusta a todo el mundo. Yo tengo que reconocer que la primera vez que los probé era jovencita y empecé mojando pan en la salsa, que está riquísima. En mi casa solo me gustan a mí, así que cuando los preparo hago raciones y las congelo.
Para el que no lo sepa, los callos son el estómago de la ternera.
Este plato es muy curioso porque los callos se comen en muchos sitios, sin embargo, no hay dos platos de callos iguales, en todas partes se hacen de forma diferente: con garbanzos, sin garbanzos, con más carne, con menos carne, con chorizo, sin chorizo, con morcilla, sin morcilla, con más huesos, con menos huesos, etc….
Según he visto en Wikipedia, en diversos países de Hispanoamérica según zona y receta se denominan mondongo, guatita, tripa mishque, pancita o menudo. Se desconoce el origen de este plato. En la gastronomía madrileña es un clásico, existen recetas del mismo que datan del año 1599 que en el libro “Guzmán de Alfarache” de Mateo Alemán menciona el plato de callos como: “revoltillos hechos de las tripas, con algo de los callos del vientre”. Ya en el año 1607 Domingo Hernández de Maceras presenta una receta de callos bajo la denominación: "De manjar blanco de callos de vaca". Es un plato que nació en tabernas y que acabó con el tiempo en los más prestigiosos restaurantes.